“Final de partida”: un elenco destacable

“Final de partida”, de Samuel Beckett, tiene como contexto histórico la Europa después de la Segunda Guerra Mundial. Una realidad marcada por el hambre, la muerte y la desolación. Sus personajes viven en un mundo post apocalíptico, donde la tierra no es más que un gran espacio de nada. No es raro que, luego del confinamiento provocado por el COVID, el estreno de esta pieza en GAM no solo marque la vuelta a la presencialidad en ese importante centro cultural, sino que haga un profundo sentido a los espectadores.
Antes de revisar la puesta de Francisco Martínez, no puedo dejar de decir que Beckett es uno de los máximos referentes de la dramaturgia occidental. Inclasificable -sus obras se mueven entre el absurdo, el existencialismo, la tragedia contemporánea y el metateatro- y eternamente actual, consigue reflejar a través del uso del lenguaje como principal herramienta dramática las más importantes crisis humanas e históricas, aquellas cuando la sola posibilidad de futuro era prácticamente nula.

Eso sucede con esta versión de “Final de partida”, que se instala cuando en Chile empezamos a salir de un largo confinamiento. La propuesta de Martínez es respetuosa con el original -solo hay algunas pequeñas variaciones en el texto que le dan actualidad-, se extiende por 1 hora y 45 minutos y se centra en el trabajo de su destacado elenco.

La trama es conocida. En una casa, al parecer a la orilla del mar -muerto, como todo alrededor- vive Hamm (hombre ciego que no puede mantenerse en pie) junto a Clov, un hombre al que recogió cuando niño, que no puede sentarse y actúa como una especie de sirviente. Los acompañan los padres de Hamm, quienes no tienen piernas y viven en dos contenedores de basura.
Hamm y Clov tienen un diálogo repetitivo y rutinario, que se mueve entre el humor y la desesperación. “¿Es la hora de mi calmante?”, pregunta una decena de veces Hamm. Y Clov invariablemente responde que no. Su relación transita del afecto a la rebelión; son patrón y siervo, pero también padre e hijo. Solo Clov tiene alguna esperanza de futuro, ya que puede caminar y dejar el encierro en medio de la nada gris. Los demás juegan sus últimos movimientos, tal como lo indica el nombre de la obra aludiendo al final de una partida de ajedrez.
Willy Semler -como Hamm- y Jaime McManus -como Clov- construyen una poderosa relación en escena. Los actores se pasean por diversos registros con comodidad y talento, usando cada uno distintos recursos. McManus realiza un interesante y detallado trabajo físico, que define a su personaje, y Semler convierte su voz en un poderoso instrumento. En ellos hay humor, pero también un desgarro existencial del que se hace cargo Semler con abismante acierto. Es un gusto ver a este actor desenvolverse en toda su plenitud interpretativa en este rol.

Sus padres están a cargo de Norma Norma Ortiz y Regildo Castro, quienes en una pequeña intervención dan cuenta de toda la poesía que hubo en un mundo que ya no está. Hablan de flores y paseos en bicicleta, ambos imposibles en medio del desastre. Excelente elección para roles que necesitan de intérpretes dotados.
La ambientación es acertada. Un espacio de metal corroído, con ventanas y una puerta, da la sensación de un refugio más que de una casa; lo que sumado a la iluminación (ambas de Gabriela Sandoval) crea la sensación de un habitáculo en medio de una tierra devastada. El espacio sonoro cuenta con el trabajo de Alejandro Miranda, gran realizador de atmósferas a través del sonido.
Esta versión de “Final de partida” atrae y captura. El director logra que el verbo de Beckett resuene fuerte gracias a las buenas interpretaciones del elenco, que posibilitan la entrega de la multiplicidad de sentidos que la obra propone.

Ficha artística
Dramaturgia: Samuel Beckett
Dirección y adaptación dramática: Francisco Martínez Batarce
Elenco: Willy Semler, Jaime McManus, Norma Ortíz, Regildo Castro
Diseño escenografía e iluminación: Rodrigo Ruíz
Realización escenográfica: Francisco Sandoval
Diseño vestuario e iluminación: Gabriela Torrejón
Asistente de vestuario: Vanina Vidal Vaccaro
Realización vestuario: Elizabeth Pérez, Bocca al Lupo
Diseño sonoro: Alejandro Miranda
Producción: Alessandra Massardo
Peluquería: Francis Le Coiffeur
Auspicia: SULO
Proyecto financiado por FONDART convocatoria 2020

Coordenadas
Hasta el15 agosto, sábado y domingo – 18 horas Sala N1
Paga lo que quieras: $3.000, $4.000, $5.000, $6.000