“Magalhães” o la magia de Tryo Teatro Banda

Tryo Teatro Banda es un grupo con una impecable trayectoria de dos décadas, dedicada a la juglaría contemporánea y a la revisión de la historia de Chile y de nuestro continente. En 2020 cumplieron 20 años de trabajo y en medio de la pandemia crearon su última entrega: “Magalhães, a 500 años de la primera vuelta al mundo”, donde revisan la desmesurada travesía de Fernando de Magallanes y el descubrimiento del estrecho que lleva su nombre. Esta vez hay una codirección entre Francisco Sánchez, director/fundador de la agrupación, y Eduardo Irrazabal, integrante de ella hace varios años quien se hace cargo de la fisicalidad, parte fundamental del montaje.

La historia que narran resulta fantástica para los espectadores de hoy. En 1518, el portugués Fernando de Magallanes convenció al rey Carlos I de que conocía un paso para llegar más rápido a las llamadas “islas de las especias”, donde se producían clavo de olor, canela, pimienta, nuez moscada y jengibre, entre otros valiosos productos de la naturaleza. La idea era evitar las aguas portuguesas y cruzar del océano Atlántico al Pacífico.
El camino para descubrir aquel estrecho estuvo marcado por el hambre, el escorbuto y la desesperación de los tripulantes. Magallanes murió enfrentando a una tribu en una de las islas que hoy forman Filipinas, y no pudo recibir las loas por su hazaña. Sebastián Elcano regresó a España con unos pocos hombres, pero con la noticia de su épico hallazgo.

En un escenario despojado, cuatro juglares (Alfredo Becerra, Javier Bolívar, Diego Chamorro, Martín Feuerhake) y una juglaresa (Daniella Rivera) interpretan a todos los personajes de este capítulo de la historia. Solo Becerra se mantiene constante como Magallanes prácticamente toda la obra. Cada uno lleva un instrumento (violín, pandero, bajo eléctrico, acordeón, percusión) que es utilizado como tal, pero también como un objeto para animar y construir mástiles, armas y utensilios varios.

El cuerpo de los intérpretes funciona como un elemento más con que diseñar espacios, atmósferas y situaciones, al usarlo como una herramienta de construcción y recreación. La corporalidad se pone al servicio de la narrativa, explotando al máximo sus posibilidades expresivas y dramatúrgicas. Así, gracias a la plasticidad del elenco el espectador ve barcos, olas, proa, popa, barriles con alimentos, armas…A lo anterior se suma el canto, que anuncia, subraya o simplemente genera una situación.

Estos juglares están solos en escena, ya que la opción de Tryo Teatro Banda fue prescindir de la escenografía lo que ubica este montaje en el polo absolutamente opuesto a “La tragicomedia del Ande”, estrenada en 2019. De esta manera se apega aún más al estilo juglaresco, donde toda la magia de la escena es puesta en juego por los recursos del actor o actriz. Su voz, su cuerpo moldeable, los instrumentos/objetos, construyen una aventura increíble, de dimensiones nunca imaginadas.
Alfredo Becerra compone a un Magallanes apasionado y enérgico, en tanto el aporte de Daniella Rivera (violín y bella voz) es un aporte desde su delicadeza. La voz de Chamorro resuena fuerte y su presencia se impone, así como la versatilidad de Bolívar y Feuerhake es evidente.
El vestuario, de Pablo de la Fuente, es alegórico y realista a la vez. A primera vista los personajes se ven ataviados con trajes de época, pero al fijar la atención aparecen detalles -como el estampado de las chaquetas- que lo hacen despegar.

“Magalhães, a 500 años de la primera vuelta al mundo” ratifica la línea que ha cultivado Tryo Teatro Banda poniendo la historia de Chile y América Latina al alcance de las grandes audiencias, con todo lo que eso significa en cuanto a identidad. No se trata de una mirada complaciente, hay un par de escenas que recogen hechos dramáticos como la captura de un patagón o la violación de las mujeres de una isla, pero no hay juicios, así como tampoco una exaltación de los descubrimientos realizados. Lo que sí existe es la invitación a reflexionar.

Podríamos llamarla una obra didáctica, por la exposición sintetizada de toda una odisea histórica, pero en ningún caso su fin es pedagógico. Al contrario, hablamos del resultado de una profunda investigación y una dedicada búsqueda escénica, plasmadas en un lenguaje -el juglaresco- que apunta a todos los sentidos y es asequible para todos en diferentes niveles de comprensión.

La acción se sucede vertiginosa, rítmica, como una partitura que todo el equipo actoral -y técnico- maneja a la perfección. No hay baches, la puesta en escena fluye sin cesar y captura a los espectadores en su devenir. Para grandes y adolescentes y, en especial, para todos aquellos que aman el teatro con mayúsculas. Porque eso es lo que ofrece Tryo Teatro Banda.