“Voyager”: poderoso viaje sensorial hacia los recovecos de la memoria

“Voyager”, adaptación del libro homónimo de Nona Fernández realizada por ella misma, con la dirección de Marcelo Leonart, ofrece una pausa en la agitación cotidiana y hace que el espectador se conecte con la memoria colectiva – y con los propios recuerdos- de manera casi automática. Es imposible no viajar hacia el interior de nosotros mismos con “Voyager”.
En escena hay dos sondas gemelas – Voyager 1 y Voyager 2-, interpretadas por Francisca Márquez y la misma Nona, vestidas de manera ochentera con buzos de tres líneas y las emblemáticas zapatillas North Star. Ellas explican que fueron lanzadas en 1977 y que cargan con diversos instrumentos para investigar y retratar la galaxia. Cuentan que llevan cada una un disco de oro -como un vinilo- que no son otra cosa que un mensaje para los posibles habitantes extraterrestres: en ellos hay música étnica y clásica, fotos de diferentes tipos de seres humanos, sonidos de la naturaleza, saludos en 55 idiomas…Entre otras cosas.
Por supuesto, las sondas llevan un tocadiscos. Y las instrucciones están en clave matemática.
La realidad de estos artilugios pasados de moda es recogida como una gran metáfora en la dramaturgia de Nona. Lo que se traslada a la puesta de Leonart, despojada y poética, con los cuerpos que se instalan en el espacio siguiendo una casi imperceptible coreografía (asesorada por la bailarina y coreógrafa Claudia Vicuña), la voz de las intérpretes que inunda todo y, por supuesto, el texto. Palabras abundantes, poderosas, que invocan la memoria de todos y de cada uno.
Ambas intérpretes están acompañadas de una mágica iluminación (de Nicolás Jofré), capaz de hacernos sentir en medio del espacio; de la música (de Dante Leonart), que va de la reminiscencia a lo urbano enlazada con cada escena; y la multimedia, que refuerza lo dicho y lo sugerido.
“Así lo recuerda, y así me lo cuenta”, es una frase que se repite y que  evidencia cómo recordamos. Los participantes en un mismo hecho no atesoran lo mismo, la memoria opera de una forma que no responde a cánones.
Hay historias de la autora, otras de sus cercanos y también de nuestra sociedad. Todas tan políticas como personales, tan universales como particulares.
El misterio del paso del tiempo, la memoria y los recuerdos son abordados de diversas formas durante las dos horas de puesta en escena. Desde la narración y la palabra, desde el cuerpo de las actrices y también desde la sinergia música/luces/visuales.
Y si bien pareciera que “Voyager” remece más bien a las generaciones mayores de 40 años -que suelen preguntarse por las mujeres y hombres que estuvieron antes de ellos y que les permitieron existir-, los menores, incluso los veinteañeros, se sienten tocados por la obra.
Se trata del estado propuesto desde la escena, que ayuda a sumergirse en uno mismo/a para mirar qué atesoramos. La risa de mamá, la primera bicicleta, cuando nació mi hermano, el país de mis abuelos, el primer día de clases, la única vez que vi llorar a mi papá… En fin.
Brotan sin querer imágenes de nuestro ser antes de ahora, y no solo de sucesos importantes en nuestra hoja de vida sino también de aquellos más difíciles de retener, esos fugaces y hasta borrosos que, sin embargo, nos definen.
La totalidad de la propuesta escénica es estimulante para los sentidos de las y los espectadores. El texto -tan cotidiano como poético -, la música, la iluminación, la multimedia envuelven los que espectan y los sitúan en un lugar atemporal, que vive dentro de nosotros
“Voyager” es un empujoncito a la introspección, al recuerdo, al mirarse hacia dentro. Se trata de una obra que ilumina caminos internos, en un escenario despojado, con dos actrices que se instalan con el cuerpo y la palabra convirtiéndose en herramientas de memoria. Ellas, y todos los elementos}, resuenan en la sala del GAM como un cuenco tibetano.
Las dos horas no resultan demasiado para “Voyager”. Son necesarias para que el viaje experiencial se concrete. Para que recuperemos lo vivido y lo olvidado, y repasemos lo que no queremos dejar ir.

Fotos Patricio Melo

Coordenadas
Gam
Hasta el 14 de julio
Jueves a sábado 20 horas, domingo 19