Anoche se estrenó en forma presencial “Ella lo ama”, del dramaturgo argentino Daniel Veronese, en un Anfiteatro de Bellas Artes con 20 espectadores de aforo permitido. Emocionante momento de recuperación del teatro presencial, de la función siempre única y del rito comunitario de los cuerpos de los intérpretes intercambiando energía con los cuerpos de los asistentes. Además, una buena obra, de excelentes interpretaciones con el sello claro del realizador argentino.
“Ella lo ama” es realismo crudo, sin pirotecnias, con el elenco desnudo frente al público. No hay maquillaje, no hay caracterizaciones externas. La representación surge desde la palabra encarnada, sin duda un enorme desafío. Y Tamara Acosta, Cristián Carvajal y Álvaro Espinoza dan la talla con creces, encarnando a Natalia, su esposo Federico y el amigo Hernán, respectivamente. La trama es íntima y transcurre en el verbo, en la conversación de los personajes. Ella, una reconocida actriz, su esposo un exarquitecto -como puntualiza él mismo- inseguro y extremadamente sensible, y el amigo un hombre que juega a llevar las situaciones al extremo.Los diálogos parten distendidos, como debe ser en una reunión amistosa, pero a medida que avanza la obra se vuelven vertiginosos y no dan tregua ni al trío protagónico ni al público.
El matrimonio acaba de hacer una prueba cuyo resultado debe predecir cuánto tiempo van a seguir juntos. Ellos no quieren conocer los resultados, pero de a poco se revelan situaciones que llevan a poner en entredicho su amor. Federico reconoce su extrema sensibilidad y reclama el cuidado de su esposa, esta lo acepta e intenta mantener la armonía conyugal pese a sus múltiples manías. En este panorama, su carrera queda fuera de la pareja. Él no la ve actuar, seguramente porque no entendería la separación entre la actriz y la persona. Ella prefiere que sea así.
Así, entre conversaciones insulsas, sobre las baratas que salen de la cocina, el vino que Federico nunca trae de la cocina y la conveniencia de haber hecho la famosa prueba, se van revelando apreciaciones de cada uno sobre el amor y la vida en pareja. Diferentes puntos de vista para la misma situación tensionan la escena. Hernán dispara las dudas de Natalia y Federico con sus infidencias, traicionando la confianza de ambos. ¿Lo hace por amistad? Puede ser, y también puede que no.
El ambiente se va enrareciendo y la crisis explota cuando Hernán pregunta a Natalia si ama a Federico. Está claro que él la ama, ¿pero ella?
Veronese usa la imagen de la actriz, que no solo es conocida y recibe la admiración de su público, sino que, además, es una artista de la representación. ¿Cuánto representa? ¿lleva su oficio a su vida privada?
Las preguntas se extienden a la platea, ¿cuánto representamos los presentes? ¿somos lo que decimos que somos?
Y más aún, ¿puede el amor medirse solo con la razón si las palabras crean espejismos? Sabido es que las palabras resultan engañosas -estafador@s, charlatan@s, espías, entre otros “oficios” las manejan muy bien -, que crean realidades al gusto de quién las pronuncia. Entonces, tal vez el amor pertenece a otra esfera, esa de lo inenarrable, de lo no razonable.
Hay mucho que reflexionar luego de ver “Ella lo ama”, gracias a la inteligente dramaturgia de Veronese.
Tamara Acosta pasa de la tranquilidad a la emoción que bordea el llanto con una pasmosa naturalidad, lo mismo que refleja hastío e incapacidad de entender lo que escucha. Cristián Carvajal crea a un ser en permanente angustia, inseguro, cuya corporalidad lo delata. Y Álvaro Espinoza trabaja al hombre que oculta sus motivaciones profundas o tal vez él mismo no las conoce, simpático y siempre con un aura de buenas intenciones. Los tres precisos, impecables en la dosificación de intenciones, gestos y pausas.
La ambientación es en su estilo, mínima, precisa, sin distractores. Lo mismo la iluminación y el vestuario, ambos de Catalina Devia. Hay que destacar también la asistencia de dirección de Francisco Albornoz, imprescindible por la distancia física que los separa del director, quien viajó a sostener ensayos intensivos.
Las recomendaciones son muchas, buenas actuaciones, buen texto y el sello de Danier Veronese. Vaya y disfrute de una obra que le llegará tanto si es un espectador/a clásico como si se ubica en el otro polo. Las mil y una facetas del ser humano tocan a todos, y todas, por igual.
Ficha artística
Dramaturgia y dirección: Daniel /0
Asistente de dirección: Francisco Albornoz
Elenco: Tamara Acosta, Cristián Carvajal, Álvaro Espinoza
Diseño de luces y vestuario: Catalina Devia
Una coproducción de Fundación Teatro a Mil
Colabora: Timbre 4
Coordenadas
Martes 26 y miércoles 27, 19.30 horas
Anfiteatro del Bellas Artes
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