Vuelve “Molly Bloom”, monólogo que Gaby Hernández encarna con maestría

Una de las coproducciones del Festival Internacional Santiago a Mil 2022 fue “Molly Bloom”, monólogo creado a partir del capítulo final del “Ulises” de James Joyce, por los artistas belgas Viviane de Muyinck y Jan Lauwers. Ellos escogieron con gran acierto entre las casi 90 páginas escritas por el autor – una frenética corriente de conciencia sin signos de frustración- siguiendo como eje los hombres en la vida de la protagonista, tema del que se descuelga el rol de la mujer en la época (fue publicado en 1922) y su relación con el sexo, la vejez y la posibilidad de decidir. Dos fueron las intérpretes en el Teatro UC: la misma Viviane de Muyinck y la chilena Gaby Hernández.

Ambas puestas, dirigidas por Jan Lauwers, tienen muchas similitudes y muchas diferencias. Entre las primeras, que ambas actrices son mujeres maduras, la planta de movimiento (igual, con los ritmos de cada una) y una capacidad de instalar en escena un texto difícil, abigarrado, que por momentos fluye a borbotones.

¿Las diferencias? Las intenciones de cada una, sus cuerpos (pesado el de Muyinck, ligero el de Hernández), el temperamento del que dotan al texto (oscuro, espeso, el de la belga; apasionado y sensual el de la chilena). Ambas increíbles, en todo caso, relevando la tercera edad y sus múltiples posibilidades, logrando que un texto que está cumpliendo cien años sea actual y seguido con interés por nuevas generaciones.
La obra muestra a Molly Bloom, esposa de Leopold Bloom, protagonista de “Ulises”, en una noche de insomnio luego de que su marido ha llegado borracho a casa y se encuentra sumido en el aturdimiento etílico. El espacio es austero y despojado, ocupado solo por una mesa de madera y tres sillas. La actriz explica de qué va lo que veremos al entrar en escena, y precisa que cada silla representa a uno de los hombres de su vida. El esposo, el amante, el primer amor. Hacia adelante, dice, está el futuro. Viviane viste de negro y Gaby de pantalón y chaqueta del mismo color y blusa blanca.

En su época, Joyce fue calificado de inmoral por poner en la voz de una mujer temas como el deseo sexual, el acto sexual, el cuerpo. No repararon entonces en el alegato feminista de Molly, en su queja por el lugar que le cabía en la sociedad y en la relación de pareja.
El texto es un viaje por los pensamientos y deseos más ocultos de la protagonista. Cómo es el sexo con su marido, cómo fue, qué es para ella; qué siente con su amante, qué papel cumple él en su aburrida vida de señora burguesa -donde el coqueteo es uno de los pocos escapes a la rutina-. El lenguaje es deshinibido y por momentos procaz, mezclando reflexiones domésticas con otras referidas al ser femenino y la masculinidad.

La puesta dirigida por Jan Lauwers se centra en el texto y las actrices. No hay parafernalias de ningún tipo, ni siquiera la creación de atmósferas por parte de la iluminación.  Una mesa con sillas es la desnuda locación que Molly habita. Solo en los momentos finales entra música.
Viviane de Muyinck es contenida, profunda, espesa. Trabaja una sensualidad abismal, calma en la superficie, turbulenta en el fondo. Muchas veces hay un trasfondo de dolor en sus palabras, y al llegar al emotivo relato que cierra la obra sus ojos se llenan de lágrimas, desbordando emoción.

Gaby Hernández es chispeante, latina, ligera. Dota de mayor humor los pasajes divertidos y de una picardía reconocible sus relatos eróticos. Se pasea por una variedad de registros, de la amante sexy a la esposa aburrida, de la chica ilusionada a la mujer que no espera nada. Impresiona la capacidad de la actriz nacional para tomar un texto que aun podría calificarse de osado, en un manifiesto revelador del ser mujer pero no desde la aburrida discursividad ideológica, sino que desde la experiencia y del cómo instala su cuerpo en escena.

Un gran trabajo de Hernández, un desafío importante que convierte en una propuesta actoral deliciosa, que se sigue con interés por más de una hora y cautiva a diversas generaciones. 

fotos Fundación Teatro a Mil

Coordenadas
Teatro UC
31 de agosto al 15 de septiembre
miércoles a sábado, 20.30 horas
Entradas en boletería del teatro y en Ticketplus.cl

 

Escrito por Marietta Santi