“Membrana’, firmada por Poly Rodríguez -en cartelera en GAM hasta el 28 de abril- es una obra de danza contemporánea sumamente evocadora, íntima y envolvente, que invita a explorar las profundidades de la conexión humana a través del movimiento y la relación entre los cuerpos con lo acuoso.
La relación entre los cuerpos destaca por su intimidad y acoples, el uso de los roces, caricias, presiones, junto a una mezcla de ondulaciones, vibraciones y expansiones corporales. Los movimientos se caracterizan por su fluidez y organicidad, donde gracias a los elementos utilizados en escena – como el agua, líquidos, gel y cables- se enfatiza mucho la sensorialidad háptica, reflejando la idea de una membrana flexible que se forma entre los intérpretes, permitiendo que sus cuerpos se adapten y se transformen entre sí de manera muy visceral y con una sensación de viscosidad. Esta interacción crea un ambiente de constante cambio y evolución, donde el movimiento fluye y se 
permea entre las intérpretes. En todo este paisaje corpóreo que realmente nos hace preguntarnos sobre la permeabilidad de la piel y la interconexión entre los seres humanos.
El espacio sonoro, a cargo del compositor José Miguel Candela, fusiona registros reales del río Mapocho donde primeramente el sonido del agua es muy claro, luego va mutando hacia otras sonoridades experimentales. Además, la intervención sonora en vivo de las intérpretes suma, agregando un ambiente profundo, como si se estuviera dentro de una membrana corporal, algo muy interno, visceral o intravenoso si bien. Todo esto crea una dimensión adicional de improvisación y textura, enriqueciendo la experiencia sensorial del espectador. Los encuentros entre los cuerpos junto a la musicalidad crean una interacción que resalta la profundidad y la complejidad de las relaciones humanas.
A medida que transcurre la obra, las corporalidades comienzan a cambiar y aparecen recuerdos, memorias que sugieren eventos especiales que marcan una vida. Este nivel conceptual de “Membrana” sugiere la exploración de una conexión consciente y la resistencia a estructuras opresivas. Nos invita a reflexionar sobre nuestras relaciones, percepciones y las interacciones humanas. Esta obra deja una impresión duradera y resuena mucho después de que las luces se hayan apagado.