“Fundamento”: múltiples lecturas, múltiples cuerpos

“Fundamento”, dirigida por Adriana Stuven del Valle, es una propuesta que trata el tema de la muerte, tanto en contenido como en forma, con una estética bien cuidada y una intención clara. La obra, que dura aproximadamente 60 minutos y es interpretada por ocho performers (de danza y teatro), articula recursos escénicos sencillos con una puesta simbólica que da lugar a múltiples lecturas.

La escenografía, situada en un espacio  estilo caja negra, utiliza elementos simples pero significativos: cintas fluorescentes que cruzan el espacio en forma de “X”, humo, y una iluminación fría que varía según los momentos. Los mismos intérpretes, a medida que avanza la obra, colocan esas cintas en escena, lo que aporta un sentido de construcción en vivo y una relación directa con el espacio. Esto contribuye a generar un ambiente tenso y simbólico, en diálogo con el contenido.

La música está muy bien pensada para la obra. No actúa solo como acompañamiento, sino que se integra con las escenas mediante sonidos, silencios y voces contenidas, más cercanas al gesto de querer hablar sin emitir sonido, que refuerzan la sensación de tensión y contención emocional. Contribuye a generar sensaciones de espera, desconcierto o recogimiento, y da un ritmo propio a cada parte.

En cuanto al movimiento, se observan caídas, arrastres por el suelo y gestos simbólicos que remiten a la muerte o al abandono. El lenguaje corporal se construye a partir de formas angulares, expresivas y reiterativas, con variaciones entre tensión y relajación, que sostienen una atmósfera marcada y abierta a la interpretación. A través de estos recursos físicos y compositivos, se deja entrever el desapego, el estancamiento, la aflicción, la duda y la posibilidad de volver a empezar. La mayoría de los intérpretes transmite con claridad y fuerza lo que experimenta en escena, destacando por su expresividad y presencia.

También se nota diversidad en el grupo, con intérpretes de distintas edades, lo que aporta variedad y riqueza en las presencias y formas de expresión. Algunos muestran una formación más cercana al teatro que a la danza, lo que se refleja en un enfoque corporal más actoral y expresivo que técnico. Esa mezcla genera matices interesantes y aporta distintas capas de interpretación dentro del conjunto.

En cuanto al vestuario y maquillaje, los intérpretes utilizan ropa deportiva y cómoda, similar a la de entrenamiento, junto con maquillaje sencillo, lo que los acerca a una imagen cotidiana y reconocible. En un momento de la obra, se quitan la ropa y luego se la vuelven a poner. Este gesto puede interpretarse como una forma de mostrar vulnerabilidad, cambio o transición: un desprenderse simbólico que genera una sensación de exposición e intimidad, en sintonía con la carga emocional del montaje.

Otro elemento que llama la atención es el uso repetido de la palabra “ya”, dicha por los mismos intérpretes en distintos momentos. No queda del todo claro si su función es marcar un cambio, sincronizar al grupo o formar parte del guion, pero su reiteración interrumpe por momentos la atmósfera construida. Aun así, podría entenderse como una elección consciente que apunta a señalar un tránsito, un corte o una transformación, recordando que estamos frente a un proceso vivo e inestable, como lo es la experiencia de morir o cambiar.

“Fundamento” es una creación que mezcla elementos del teatro y la danza contemporánea. Su valor radica en dejar espacio para pensar, sentir y abrir distintas interpretaciones sin buscar respuestas cerradas.