Catalina Ampuero (17), Belén Contreras (12) y Florencia Matamala (13) son las alumnas del plan formativo de la Academia Estudio de Ballet Danceworks, de Lucas Siqueira, que fueron becadas por la academia del Rusian Ballet de Orlando, Florida. Ellas están en Estados Unidos desde junio, y regresarán a Chile a mediados de agosto.nEn Orlando, las alumnas están estudiando la técnica Vaganova, además de puntas, pilates, pas de deux, carácter, acondicionamiento físico y pilates.
Siqueira precisa que esta beca es una de las que están disponibles para sus alumnas. Las otras son cursos intensivos con Eliana Di Marco, en Argentina, y un intensivo de verano en Belo Horizonte, Brasil. El destacado bailarín brasileño, residente en Chile, cuenta que eligió a las becadas “por su compromiso con la disciplina y su avance técnico. Es muy importante cuánto se comprometen, porque hay que tener un carácter que resista las exigencias del ballet clásico. Las tres seleccionadas van al colegio en la mañana y estudian en la academia desde las 15 horas hasta las 21 horas, todos los días”.
Las tres becadas forman parten del plan formativo de la Academia Estudio de Ballet Danceworks, creado por Siqueira porque “los papás quieren que las niñas estudien un plan de formación. No quieren sólo entretención, sino que el ballet quede para sus vidas, aunque no vayan a ser bailarinas”.
Respondiendo a eso, y a la ilusión de los aspirantes a bailarines, su Academia Estudio de Ballet Danceworks entrega una formación integral, con cursos para alumnos desde los 3 años de edad. Los cursos de Formación Profesional están dirigidos a niñas y niños desde los 9 años que desean comenzar su carrera profesional en Ballet Clásico. Este programa cuenta, además de la clase de ballet correspondiente, con cursos complementarios como Pas de Deux, Repertorio, Técnica de Puntas, Stretching y Clases Magistrales.
Siqueira, ex bailarín del Ballet de Santiago del Teatro Municipal y primera figura de la compañía de Sara Nieto, comenta que su objetivo, en los primeros años, es trabajar la técnica. Y en los años más avanzados, “la idea es que los alumnos entiendan el significado de cada movimiento, cuál es la emoción y la sensación de cada movimiento. Que sea un trabajo integral”.
Consultado por el talento de los postulantes, el bailarín comenta que definitivamente hay mucho: “Llegan muchas niñas con condiciones físicas, musicalidad y coordinación, con esas cualidades empieza un camino muy largo, de mucho estudio. Es un error creer que no hay talento”.
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