Ximena Carrera y su viaje para escribir “Greta”

De ballenas, mujeres y misterios habla “Greta”, nueva entrega del programa Ciencias + Artes + Audiencias, idea original del periodista y crítico de artes escénicas Javier Ibacache, con la coproducción de Puerto de Ideas, Teatro del Lago y Corporación Cultural de Quilicura. Por eso la pieza lleva el nombre de la famosa ballena cuyos huesos descansan en el Museo de Historia Natural y que ha invitado a varias generaciones a inspirarse en los cetáceos. A cargo de la dramaturgia está Ximena Carrera (“Medusa”, “Lucía”, “Ningún pájaro canta por Cantar”) quien en mayo de 2018 comenzó una acabada investigación y en forma paralela escribió el texto. En enero de este año la pieza tuvo una lectura dramatizada en el Festival Quilicura Teatro Juan Radrigán, en mayo se pre-estrenó en Teatro del Lago y, finalmente, tendrá una temporada en el nuevo Teatro Mori de Recoleta, que partió el 20 de junio y se extenderá hasta finales de julio.

“Estábamos presentando Réplica – donde participa como actriz- en el Teatro del Lago, el año pasado, y Javier Ibacache me propuso este proyecto. Me contó que era del ecosistema de las ballenas y me entusiasmó. Tenía el bichito desde que vi Copenhague y luego participé en Réplica, y pensé qué bonito debe ser aventurarse en la escritura de un texto dramático que tenga una temática científica. Esto me sedujo mucho, acepté y me puse a investigar”, cuenta
En esta ardua búsqueda apareció el tema de la maternidad, que marca el texto e impresionó a Ximena: “Leímos un artículo de una ballena que dio a luz una cría que alcanzó a vivir solo unas cuantas horas, y la ballena la trasladó lanzándola hacia arriba por 17 días. Eso refleja un amor de madre loco, y me encantó”.
Tres son los ejes que cruzan la dramaturgia: científico (comportamiento de las ballenas, ecosistema, morfología), antropológico, referido a las culturas originarias de Chile (cada cultura tuvo una aproximación a la ballena); y mitológico. “La ballena ha estado presente desde el origen de los tiempos, es un animal monstruoso por su tamaño, pero a la vez tiene una aparente ternura. Salvo los cachalotes y las orcas, el resto de las especies de ballenas no tienen dientes”, explica.
Para estructurar el texto la autora se inspiró en el misterio que las acompaña, y en esa sensación indefinible que produce verlas solo por partes. Comenta que, “si bien hay un relato lineal intercalado con monólogos, la obra habla de ver a la ballena por trozos. Lo mismo sucede en la obra, donde hay reveladores flashazos de las protagonistas”.
Cuatro mujeres, una madre y sus tres hijas, son las protagonistas de la obra. Los personajes son interpretados por Coca Guazzini, Katherine Salosny, Carmina Riego y Daniela Lhorente. El conflicto se desata cuando enfrentan el varamiento de una ballena jorobada en la costa, cerca de la casa de la madre. La presencia del enorme cetáceo las transporta al pasado no resuelto, donde aún habita el amado padre y esposo oceanógrafo que un día, hace 20 años, desapareció para siempre. Él amaba tanto las ballenas que a cada una de sus hijas la nombró como alguna: Azul es la mayor (Salosny), bella y rápida como su homónima; Yubarta (Riego), como se les dice a las jorobadas, es la segunda, poco agraciada pero graciosa; y Delfina (Lhorente), la tercera, llamada así porque parece ser de otra familia. La madre -no podía ser de otra manera – se llama Greta, como la ballena del Museo de Historia Natural.

– ¿Cuáles han sido tus acercamientos al tema de las ballenas?
– Lo normal, pensar en que no las mataran, pero más allá de eso no era mucho lo que me provocaban las ballenas. Eran algo lejanas de mi realidad, no las conocía, sabía que son mamíferos inteligentes y acuáticos, pero más allá de eso, no. Me puse a investigar y con Javier teníamos reuniones cada cierto tiempo, me daba mucho material de inspiración.

– ¿De qué tipo?
-Prensa, básicamente. También libros, por ejemplo, “Leviatán o la Ballena”, de Philip Hoare, que ganó un premio importante en Inglaterra. Leí “Moby Dick”, obviamente, y “El Camino de la Ballena”, de Francisco Coloane. Coloane tenía una fijación importante con el mundo austral y las ballenas, de hecho, en esa novela aparece la primera idea muy romántica, según unos personajes, de que las ballenas cuando varan están queriendo volver al origen, porque antes eran mamíferos de tierra. También leía “La ballenera de Quintay”, de Marcela Küpfer y Carlos Lastarria. También tuvimos una entrevista con Jhoann Canto, jefe del área vertebrados del Museo Historia Natural, y luego con Juan Capella, biólogo marino que ha hecho un trabajo muy interesante en especial con las ballenas jorobadas.

– ¿Cómo delineaste a los cuatro personajes?
– Cuando aparece la noción de que en algunas especies de ballenas es más fuerte el matriarcado, se me alumbró la ampolleta: ésta es la historia de una madre y sus hijos. En este diálogo con Javier aparece la idea de qué pasaría si la ballena vara muy cerca de la costa, tan cerca que pareciera estar en el patio de una casa. Ahí, aparece la idea madre. Se me armó un imaginario, hice un viaje a Laguna Verde por cinco días buscando inspiración, me quedaba mirando el mar, respiraba el aire, y todo esto me nutría mucho. Fuimos con Javier a la ballenera de Quintay, al museo, que es horroroso, pero me ayudó mucho sobre todo a situar la época donde ocurre o ocurrieron los hechos de esta familia. Hay un pasado que está congelado en el tiempo. A partir de esta historia, Javier propone un elenco. Lo que me gatilla esta obra es esa contraposición entre una maternidad ideal que representan las ballenas, y una maternidad tan fallida que podemos tener las mujeres, que constantemente estamos siendo presionadas para ser esas madres ideales que son las ballenas. Esa línea me interesó explorar, esa dicotomía de distintas visiones sobre la maternidad, sobre qué es ser madre, qué es una buena madre y qué es una mala madre. Me interesaba también abordar el tema de la homosexualidad de las ballenas, que apareció en una de las entrevistas que hice. Pregunté ¿Cómo descubren eso? Se ha investigado por años a dos orcas macho que nadan juntos, se ve que no tienen lazos sanguíneos, son, por lo tanto, amigos, pero se ha descubierto que esa pareja tiene muestras de cariño entre ellos. Decidí que este tema estuviera larvado en una de las hijas.

– ¿Participaste en la dirección, estuviste viendo los ensayos?
– Estuve presente en las primeras lecturas de la obra, porque se planteó que la primera versión del texto se iba a dialogar con las actrices y con la dirección. Participé en esas reuniones, tomaba apuntes de todo aquello que me hacía sentido. Trabajé hasta tener una quinta versión de la obra.

– ¿Esto fue un año de trabajo más o menos?
– Para mí sí. Creo que estuve junio, julio, agosto, septiembre full con el proyecto, y la primera versión apareció en octubre. Fueron cuatro meses en que me pude dedicar solo a la escritura de la obra. La escritura aparecía al mismo tiempo de la investigación, porque a mí me funciona, porque empiezan a aparecer ideas, diálogos, imágenes.

foto obra gentileza Teatro del Lago

foto Ximena Carrera de Rafael Arenas Encina


Ficha artística
Idea original: Ximena Carrera y Javier Ibacache
Dramaturgia: Ximena Carrera
Dirección: Constanza Brieba – Jorge Díaz
Elenco: Coca Guazzini, Kathy Salosny, Carmina Riego y Daniela Lhorente
Música: Miguel Miranda
Diseño de iluminación: Francisco Herrera
Diseño de vestuario: Elizabeth Pérez
Realización audiovisual: Oscar Llauquen
Producción: Jorge Díaz
Difusión: Claudia Palominos
Diseño gráfico: Djalma Orellana
Foto: Noli Provoste
Dirección de arte: Fernando Ocampo
Producción Ejecutiva: Javier Ibacache

Coordenadas
Mori Recoleta (Bellavista 67)
Jueves a sábado 20.30 hrs., domingo 20 hrs.
Jueves y domingo $12.000, sábado $15.000