Quilicura Teatro Juan Radrigán: el amor en clave inclusiva y musical

El festival de teatro de la comuna de Quilicura 2020, se ha encargado de traer a la comuna grandes espectáculos de teatro y danza, la obra “…Y un día Nico se fue” es parte de este encuentro. Se trata de la versión chilena de una comedia musical argentina -original de Osvaldo Bazán, Ricky Pashkus y Ale Sergi- dirigida por Muriel Lagno , que se presentó el viernes 18 en un teatro mecano en Valle Lo Campino. Los protagonistas son Santiago Tupper (Osvaldo) y Santiago Meneghello (Nico), junto a un gran elenco formado por Francisco Fossa, Glenn López, Sofía Galleguillos, Germán Pinilla, Gabriela Hidalgo, José Tomás González, Rodrigo Escobar, Constanza Ortiz y Vicente Russo.

La obra transcurre en un Santiago contemporáneo, sin fecha definida, y es un recorrido por la historia de amor entre Osvaldo y Nico: enamoramiento, vida en pareja, relaciones familiares, cuestionamientos, desilusión, tristeza en la separación y nueva vida. Además, se tocan temas como la inclusión, el respeto, la tolerancia y la homofobia.

Todo comienza con un relato contextualizando el momento, donde Osvaldo se pregunta ¿por qué Nico se fue?, cuestionamiento que no tiene respuesta hasta hoy. Este es el puntapié inicial para que el personaje comience a recordar toda su historia amatoria y de autoaceptación. Con un guiño a la película “Intensamente”, los demás personajes de la obra representan una emoción o una situación vivida. Entonces ellos se encargan de aliñar con comentarios y datos la obra. Para complementar utilizan los recursos de eliminar la cuarta pared y dar explicaciones que nos sacan de la historia, como por ejemplo, preguntarle al público si la obra se termina en el final del primer acto o continúa hacia el segundo.

No siendo Santiago Meneghello el titular del personaje de Nico, está muy bien empoderado de éste y se relaciona muy bien con Santiago Tupper, quien representa a Osvaldo (él es quién se queda solo). Su fiato consigue representar a una pareja homosexual, creíble y cercana. De Tupper logramos ver a ese personaje engreído, intransigente y ególatra que no logra entender sus emociones ni las de su pareja. Por su parte, Meneghello muestra libertad, tolerancia y fragilidad.

Los protagonistas visten de pantalón corto y camisa, mientras que el resto del elenco usa calzas, mallas, pantaloncillos y sudaderas de colores fluorescentes para separarlos de la pareja, sobre todo en las coreografías grupales. Además, cambian sus vestuarios en escena para recrear las acciones. La iluminación, a ratos algo oscura, se encarga de crear atmósferas según las situaciones como bailes poperos (multicolores), emotivas (tenue y direccional) o de tensión (colores brillantes).

Por pertenecer al género musical, la música toma un protagonismo importante y se utiliza una banda de músicos en vivo quienes musicalizan cada canción, generando ambientes y apoyando las voces de los actores. Cabe mencionar la excelente calidad vocal de las mujeres en sus interpretaciones.

En cada presentación hay un invitado especial que sube al escenario y lee un comunicado en alusión al derecho a la unión civil y el matrimonio igualitario para personas del mismo sexo, es esta oportunidad fue Marcelo Barticciotto.

Cada cuadro en la obra va generando en la audiencia distintos estados y emociones. El primero trasunta el hastío de los personajes al hablar una vez más del porqué Nico se fue. Luego aparece el momento en que ambos protagonistas se conocen provocando un suspiro de enamoramiento en el público, este juego se prolonga por varios minutos hasta que Nico reconoce a Osvaldo como su pareja. Pasamos luego al enfrentamiento con la familia, que cuestiona intolerablemente la aceptación de ambos en su condición de homosexuales (el público se expresa y exclama en ciertos momentos). Desde allí la vida en pareja de ambos se transforma en familia por lo que aparecen temas como la paternidad, sin embargo, tanta perfección para Osvaldo es extraña y sin más Nico desaparece de la relación.

Escapando de la situación, Osvaldo decide viajar a Buenos Aires, Argentina. Pero en todo el tiempo que está fuera no pudo superar el abandono, entonces decide volver a Chile a enfrentar sus miedos. Así se encuentra con Nico para cerrar el círculo recordando su linda historia, los buenos momentos y rehaciendo sus vidas, pero sin contestar porque un día Nico se fue.