Vivir el Día de los Muertos en México es una experiencia inolvidable para cualquiera, ya que se mezcla el misticismo con las calacas (esqueletos de papel maché, de madera, dibujados etc.), los dulces, la música y la comida. Se trata de una fiesta mestiza, donde se combina la cultura prehispánica y la religiosidad católica. En su espectáculo “Calacas”, Bartabas hace de este rito una fiesta ecuestre empapada de la cultura mexicana. Se trata de una combinación de acrobacias, música y teatro ecuestre, que recorre diversos tipos de calacas (inspiradas en las que inmortalizaron al ilustrador José Guadalupe Posadas) y releva algunos símbolos tan importantes como el jaguar, el charro de amplio sombrero yperneras, y la pintora Frida Kahlo. La acción sucede en una especial pista de circo: los espectadores rodean el círculo central, pero rodeándolos a ellos se ubica otro espacio por donde también transitan caballos y personajes, formándose una especie de carrusel. Hay que decir que el público luce máscaras de calaveras entregadas por la producción, así, la distancia entre observadores y artistas disminuye.
“Calacas” se estructura en breves cuadros, separados por la aparición de músicos. Bien pueden ser dos chinchineros (chilenos) o dos intérpretes de percusión, cuyas intervenciones permiten que jamás decaiga el ritmo.
En una especie de torbellino desfilan caballos y jinetes convertidos en flexibles esqueletos, artistas desencarnados que muestran impecable conexión con su montura. Hay cuadros sencillos, como el Michel Jackson esqueleto que se desliza mientras se saca el terno rosado para mostrar los huesos; definitivamente humorísticos, como aquel donde una mujer calaca encuentra a su hombre, un mariachi calaca, durmiendo la borrachera junto a su caballo y prefiere irse con el corcel; o acrobáticos, como cuando un cura que lleva una calaca crucificada mantiene el equilibrio en dos caballos mientras galopa por la pista.
El desfile de calacas es infinito. Desde los despojados esqueletos, desnudos de adornos, hasta aquellas con grandes sombreros emplumados, mantilla y hasta chaqué.
Un detalle que impresiona, incluso a través de una pantalla, es presenciar a los caballos galopando por el círculo que rodea al público. Una especie de cielo, si se quiere, enfrentado a lo terrenal de la pista.
A diferencia de “Gólgota”, disponible también en teatroamil.tv, “Calacas” no hurga en un significado profundo, sino que trabaja sobre el “ser” del espectáculo. Y desde ese punto de vista funciona a la perfección, ya que presenta artistas virtuosos que trabajan las acrobacias sin vacilación y dialogan con los caballos; vestuario y ambientación impecables (a cargo de Laurence Bruley) y llenos de detalles, impresionantes máscaras (Cécile Kretschmar) y 27 hermosos caballos de diferente contextura y color.
“Calacas” es una fiesta, rítmica, virtuosa y estimulante. Para grandes y chicos, ideal para ver en familia. No se arrepentirá.
Coordenadas
Hasta el 31 de enero
$5000 en www.teatroamil.tv