Joan Jara, una mujer íntegra, apasionada por la danza y las causas sociales es postulada por el Sindicato Nacional de Trabajadores Artistas de la Danza (Sinattad) para recibir el Premio Nacional de Artes 2021. Pedagoga, coreógrafa, bailarina y maestra de muchas generaciones de bailarines en Chile. Fue la primera en dirigir una carrera que buscaba incluir la danza en la educación desde la infancia y formó el Ballet Popular con el fin de llevar la danza hacia todos los rincones de nuestro país, sobre todo los sectores de menos recursos y acceso a la danza. Una luchadora por los derechos humanos y por buscar la justicia de su marido Víctor Jara.
Joan Alison Turner Roberts nació en Londres en 1927, y es más conocida como Joan Turner de Jara o Joan Jara, apellido que adopta en el exilio en Inglaterra, tras el asesinado de su marido, el cantautor Víctor Jara, en la dictadura militar chilena.
Joan se inclina por la danza en 1944 viendo la obra “La Mesa Verde”, de la compañía alemana de Kurt Jooss, creada en 1932 e inspirada en la Primera guerra mundial. Claramente la fuerza escénica y contenido social de esta pieza coreográfica removieron los sentidos de Joan, quien al terminar la obra se escabulló por detrás del escenario para hablar con el director Jooss, él le recomendó que se formara como bailarina porque en el futuro podría audicionar. Fue así que en 1947 comenzó a estudiar en la Escuela de Danza de Sigurd Leeder y en 1951 ya trabajaba como bailarina en la compañía de Jooss, cumpliendo su sueño y representando roles solistas como la Guerrillera en “La Mesa Verde”, y el de la Mujer en “Camino en la Niebla”, con la que recorrió gran parte de Europa actuando en Alemania Occidental, Bélgica, Holanda, Suiza, Inglaterra, Escocia e Irlanda.
Dentro de la compañía de Kurt Jooss conoce a dos bailarines chilenos, Alfonso Unanue y Patricio Bunster. Joan y Patricio se casaron en 1953. Después la compañía se disuelve y Joan vuelve a Londres y gana por concurso un rol solista como bailarina en el musical “The King and I”, con coreografía de Jerome Robbins, y una temporada a realizarse en el Theatre Royal Drury Lane.
Luego, en 1954, la pareja busca un nuevo comienzo en Chile, un país del que poco sabía Joan Turner pero donde dejaría raíces profundas dentro de la danza convirtiéndose en la madre de la danza moderna y entregando a los bailarines chilenos todo sus conocimientos.
En Chile, Joan empieza a trabajar en el Ballet Nacional Chileno, BANCH, dirigido por el alemán Ernst Uthoff, en el cual se destacan sus interpretaciones en obras como la ya mencionada “Mesa Verde”, la Mujer de “Surazo”, la Mujer de Rojo en la escena de la cantina de la ópera “Carmina Burana”, “Medea” en la versión de Birgit Cullberg, y otras tantas más, aunque también realiza obras más experimentales.
Esa fue una época marcada por la influencia cultural y poética de Pablo Neruda, incluso en la danza. La propia casa del poeta en Santiago funcionaba como Centro Cultural desde donde emanaban ideas y proyectos. Fue así que en 1959 Patricio Bunster crea su obra “Calaucán”, inspirada en versos del Canto General de Neruda, en la que Joan interpreta a la Madre Tierra. La obra se remontó en Cuba y en México y se transformó en la carta de presentación del Ballet Nacional. En 1960 nace su primera hija, Manuela Bunster, pero la pareja se separa ese mismo año.
Durante su primera etapa en Chile creó el Ballet Popular con un grupo de bailarines profesionales del Ballet Nacional Chileno, y su misión era la difusión de la danza en poblaciones rurales del país. A este ballet pertenecieron Hilda Riveros, Rayen Méndez, Olga Vishnevsky, Mausi Gutiérrez, Gastón Baltra, Fernando Cortizo, Rubén Guarderas, Camila Schmidt, Eddy Pozo, Rosita Celis, Sonia Uribe, Patricia Estay, Sara Vial, entre otros.
En 1964, Joan funda junto a Alfonso Unanue el Primer Taller Coreográfico o instancia de experimentación y creación para nuevos coreógrafos en Chile. Funcionaba en la Casa de la Cultura de las Condes y fue semillero de futuros coreógrafos nacionales como Carmen Beuchat, Hilda Riveros, Hernán Pérez, Rob Stuyf, etc. A fines de la década de 1960 concibe y dirige en la Universidad de Chile la carrera de Profesores de Danza Infantil.
Turner y Jara
Joan Turner conoció a Víctor Jara como alumno de la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile. La primera visión de él era de un excelente alumno, súper dotado en movimiento. Cuando lo vio en sus primeras direcciones teatrales le encantó por lo creativo. ÉL venía de un origen popular y de la compañía de mimos de Noisvander. Con el tiempo volverían a juntarse, y él se convertiría en un elogiado director teatral del Instituto de Teatro de la Universidad de Chile y en un consagrado cantautor popular revolucionario. En 1961 Joan comienza una relación amorosa con Víctor Jara, de la que nacerá su segunda hija, Amanda, en 1964.
Durante la década de los ‘60 Joan y Víctor desarrollan un creciente interés por las actividades políticas tanto en sus investigaciones artísticas como en diversas presentaciones en escuelas, sindicatos, festivales y viajes por Chile y el extranjero. En 1965 Víctor es número fijo en la Peña de los Parra, lugar donde actuaban los músicos de la Nueva Canción Chilena. Joan y Víctor viven intensamente la vida política y artística del momento. Durante esos años él compondría algunas de las canciones más bellas del canto popular chileno: “El aparecido” (1967), “Preguntas por Puerto Montt” (1969), “Te recuerdo Amanda” (1969), “Plegaria a un labrador” (1969), “Ventolera” (1970), “El derecho de vivir en paz” (1971), etc. Mientras, Joan continúa con su trabajo como bailarina, coreógrafa y profesora de danza. En 1969 ella estrena “Órbita”, pieza de danza con música del compositor Sergio Ortega. Meses después el Ballet Popular vuelve al departamento de danza de la Universidad de Chile y toma parte de la campaña presidencial por Allende, en 1970, realizando presentaciones a lo largo de Chile.
El matrimonio Jara-Turner duró hasta el arresto del cantautor en la Universidad Técnica del Estado y su asesinato el 16 de septiembre de 1973 en el Estadio Chile, por 44 disparos, la gran tragedia que marcaría el resto de los días de Joan. Ella debió reconocer el cadáver con graves signos de tortura y después dejar los restos de su esposo en el Cementerio General. El 5 de octubre de 1973 abandonó Chile rumbo a Londres junto a sus dos hijas. Desde ese momento se convirtió en una activista incansable, trabajando por la memoria y legado de su marido, y también por visibilizar en el extranjero las violaciones a los derechos humanos que ocurrían en Chile.
De regreso a Chile en 1984, y junto a su ex marido Patricio Bunster, formó la emblemática compañía de Danza Espiral, hito cultural por donde pasaron la mayoría de los bailarines formados en Chile, maestros tales como Elisa Garrido, Yasna Vergara, Raymond Hilbert, Luis Eduardo Araneda, Elizabeth Rodríguez, Paola Aste, Teresa Alcaíno, Valentina Pavez, Rodrigo Fernández, Nury Gutes, Andrés Maulen, entre tantos otros.
Entre 1984 y 1986 Joan Jara viaja quincenalmente a la ciudad de Concepción a dar clases, trabajar en la formación de monitores de danza y montar coreografías con el grupo de Danza Calaucán y el grupo de danza de la Universidad de Concepción. Durante este mismo periodo trabaja en la formación de monitores de danza de la población La Victoria y otros sectores de Santiago, y diseña y dirige junto a Bunster el plan integral de formación profesional en danza del Centro de danza Espiral.
Joan ha desempeñado una importante labor universitaria y popular en la difusión de la danza en Chile. En 1996 participa activamente en la elaboración de la malla curricular de la actual Licenciatura en danza de la Universidad Academia Humanismo Cristiano, en la cual participó en sus inicios como docente. Durante ese mismo año integra como docente el Diplomado en Danza en la Educación impartido en el Centro de Danza Espiral en convenio con la Universidad Academia de Humanismo Cristiano.
Joan creó la Fundación Víctor Jara en 1993, desde donde ha seguido trabajando por la memoria del país y el legado artístico del cantautor.
En 2009 recibió la nacionalidad chilena por gracia, en reconocimiento a su aporte a la cultura, su trayectoria humana y su lucha por la recuperación de la democracia tras la dictadura militar. También siguió luchando por la búsqueda de justicia del crimen de Víctor Jara.
Premios y reconocimientos
En 1999 recibió el Premio de Danza de la Municipalidad de Santiago
En 2000 se le otorgó un reconocimiento de la Universidad de Chile por su trayectoria profesional y su aporte a la danza.
En 2004 en el Teatro Municipal de Santiago y en el marco del Día Internacional de la Danza recibió una distinción por sus pares.
En 2010 el cantante Manuel García le escribe la canción “Joan”.
En 2016 recibe la Orden al Mérito Artístico y Cultural Pablo Neruda.
En 2018 recibe premio de la USACH por su trayectoria en la promoción de los Derechos Humanos.
En 2019 la Academia Chilena de Bellas Artes entrega premio a la trayectoria de Joan Jara.